Seguro que te estás preguntando, ¿pero qué pasa con Está Pasando?, ¿Ya no pasa?, ¿Ya ha pasado? Y bueno, la verdad es que desde la última vez que escribí han pasado dos meses. Y, antes de continuar con la bitácora, quería hacer un repaso rápido de lo que han sido estas últimas semanas. Porque ha habido de todo. Dios mío. Solo dos meses. Vas a flipar.
Después de este post, seguiré con la historia, deteniéndome en cada parte, siguiendo el plan original. Pero creo que merece la pena hacer un repaso rápido antes de continuar como si nada hubiera pasado.
Empezar un viaje
Lo cierto es que la última vez que escribí ya habíamos empezado el viaje. Pero para ser honestos, era la primera parada. Era como si te compras un barco viejo y sales desde Alicante a Mallorca y dices: “vale, el barco flota". Y luego zarpas rumbo a Chipre y de camino te van pasando cosas. Entre ellas que te atacan piratas sicilianos, te explota el barco varias veces y te salvan, para luego convertirte al islam. Puede parecer que exagero y probablemente lo esté haciendo, pero en mi cabeza esa comparación tiene todo el sentido.
Bueno, para empezar, ese hipotético viaje en barco tendría unos 3.000km en línea recta. Nosotros, desde que empezamos el viaje, llevamos recorridos unos 4000km. En realidad más.
La última vez que escribí íbamos por el punto B. jaja. Qué loco.
Lo que quiero decir, es que esto de empezar un viaje es bastante más complejo de lo que se ve en las películas. Quiero decir, nadie te cuenta nada sobre lo que supone generar rutinas sanas, alimentarse, aprender mecánica, ducharse, hacer lo que se supone que venías a hacer, disfrutar, hacer fotos del paisaje, leer, no hacer nada, manejar las emociones que surgen cuando dos seres humanos comparten un espacio tan pequeño durante tantas horas seguidas, estirar las piernas, elaborar técnicas para la gestión de flatulencias, conseguir acceso a internet, cuidar los vínculos, cuidar de ti mismo, arreglarse la barba.
Uf.
Parece que no, pero ha sido todo un aprendizaje. Eso sin contar todo lo que nos ha ido pasando en paralelo.
Lo que nos ha ido pasando en paralelo
Voy a ser escueto. Solo voy a enumerarlo. Dentro de un tiempo la Bitácora llegará al momento presente y entonces lo desarrollaré mucho más. Con chistes, reflexiones y todo eso. Hoy solo estoy aquí para ponerte al día.
Llegamos a una isla. Chiloé. Ahí estuvimos como una semana. Dimos un seminario de Malabarismo Funcional en un espacio increíble el CECREA. A todo esto el coche no arrancaba, tuvimos que repararlo.
De Chiloé regresamos a Frutillar, donde por casualidades de la vida acabamos colaborando con la comunidad local de circo, ayudándoles a presentar un proyecto para un espacio de circo al ayuntamiento y también pudimos organizar otro seminario express con la ayuda del Centro Cultural España de Santiago de Chile. Esto se dice rápido, pero ahora contamos con el apoyo oficial de CCE y, por consiguiente, de la Agencia de Cooperación al Desarrollo del Ministerio de Exteriores de España. El último día, cuando quisimos partir, el coche no arrancó, tuvimos que empujarlo.
Cruzamos los Andes por el sur, con la intención de llegar a La Conve de Paraguay en dos semanas. Se nos quemó la junta de culata.
Por suerte eso sucedió a 100km de Cipolletti, donde vivía mi amigo Simón, que lo recordarás de la anterior entrada de la Bitácora. La idea original era pasar unos días amigables y distendidos con él, en su pueblo Pero no pudo ser. Bueno, sí y no. Simón movió cielo y tierra para conseguir un mecánico de confianza que nos arregló la junta, nos cambió el ventilador y nos dejó todo listo para llegar a Paraguay.
Cruzamos La Pampa. Y se nos cayó el tubo de escape e intentaron estafarnos.
Pasamos por Buenos Aires para recoger a Fede, mi colega de Menorca, que nos acompañaría a la Conve de Paraguay. Pero al llegar a Buenos Aires, se nos rompió el axial derecho del coche. Pudo ser una catástrofe, pero la furgo se portó y nos pasó en un barrio residencial mega pijo. Mi amigo Gabi, el de la isla, nos puso en contacto con su mecánico personal que vino hasta donde estábamos y nos resolvió todo. Además, una amiga de hacía años de Iskándara justo había vuelto a Buenos Aires esa mañana y vivía a 10 cuadras. Nos quedamos unos días en casa de su madre.
Llegados a ese punto, ya no era posible llegar a la Conve. Así que decidimos cambiar de planes. En vez de seguir a Paraguay, vendríamos a San Francisco, provincia de Córdoba. Ahí llevaríamos a La Cósmica (nuestro furgón), a un mecánico de confianza que nos aconsejó nuestro amigo Cuete (que ya te contaré quién es cuando llegue el momento). De camino se nos volvió a romper. Estuvimos a punto de quedarnos tirados en medio de la nada, pero por suerte, empujando un poco y yendo a 70km/h durante MUCHAS horas…llegamos.
A todo esto, antes de empezar el viaje me habían aceptado en un curso de meditación Vipassana, justo en la provincia de Córdoba. Así que fue llegar a San Francisco. Dejar la furgo enfrente de casa de Cuete e irme a la Sierra de Córdoba y pasar diez días meditando desde las 4:30 de la mañana hasta las 22h, sin parar. Sentado. Pensando. Fue divertido. Bueno, divertido no es la palabra. Ya te contaré.
Luego regresé a San Francisco, no sin antes pasar a visitar a mi amigo Pablo, del que aún no sabes nada porque aún no he llegado a su capítulo pero ya lo sabrás, dentro de poco.
Y aquí, ayer, participamos en un evento en la calle que había organizado Cuete. Malabares Funcionales para todos. Luego, esta mañana, hemos aprovechado para organizar nuestros próximos pasos.
Dos meses.
Sé lo que estás pensando.
Ya bueno, vale. Todo esto está muy bien, Maik, pero dónde está mi entretenimiento. Me pusiste el caramelo en la boca, con publicaciones casi periódicas y luego desapareciste y la insoportable levedad del ser está ahí. Acechando. Te echaba de menos y ahora no podré confiar en ti nunca más never more.
Pues tienes toda la razón. Pero estas ocho semanas nos han hecho replantearnos muchas cosas. Entre ellas la velocidad del viaje. Asumir la realidad de que viajar en un auto viejo implica ajustar las expectativas, sobretodo en cuanto a plazos. También, nos ha hecho plantearnos que a partir de ahora tendremos dos modos de vida: el viaje y la pausa. Y el ideal es ir saltando de un modo a otro. Incorporar el modo pausa como parte del viaje. Modo en el que podré editar, publicar y escribir Está Pasando.
La Bitácora 2.0
Como no podía sentarme a escribir la bitácora, porque la vida pasaba muy intensamente cada día y cuando llegaba la noche yo estaba destruido, lo que he hecho estas semanas es cambiar el formato de cómo escribo durante el modo viaje.
Esto te va a gustar. Es muy friki.
Resulta que hace unas ocho semanas, mi amiga Ana Vander, la de la idea de que los SMS eran como las postales, ¿te acuerdas? Bueno, pues me dio otra idea. Me dijo que le encantaba eso que hacía en la Bitácora, de linkear a la personas y artistas que van apareciendo en cada episodio. Que molaría vincularlo todo.
Y resulta que yo hace un tiempo estuve investigando una herramienta muy potente que se llama Obsidian. Es como Notion, pero tiene una interfaz gráfica que me gusta más. Lo que hacen estas herramientas es ayudarte a organizar la información. Puedes usarlas como quieras. En realidad son como un editor de texto que puede vincular los temas que te interesen. Tú escribes y vas enlazando la información.
Bueno, pues he ido escribiendo día a día lo que estaba pasando: reflexiones, personas a las que conocía, descripción de eventos, lugares, etc. Interconectando esa información entre sí. Generando una base de datos del circo, a través de mi propio viaje.
Y este es el resultado, hasta ahora:
Ya verás. Aún es un prototipo, pero me está molando mucho.
Hoy no se lo dedico a nadie, porque esto no es una entrada de la Bitácora, sino más bien una puesta al día. Pero estaremos aquí, en San Francisco, hasta mitad de julio. Así que ahora que estamos en modo pausa, te iré contando el viaje desde donde nos quedamos.
Sé feliz.