Bueno, esta va a ser una entrada larga de La Bitácora, porque en la Conve de Uruguay, que duró menos de una semana, pasaron tantas cosas como podrían pasar en un mes. O dos. Si no tienes muchas ganas de leer, te lo resumo: aunque todo indique lo contrario, aún existe la magia en el mundo.
Llegamos a la conve el jueves 27 de octubre por la tarde, una semana después de mi aterrizaje a Buenos Aires.
Espera.
¿Todo lo que ha pasado hasta este momento sucedió en una semana? Así es, querida persona que lee. Siete días.
Esto que te voy a contar, aconteció a lo largo de cuatro días. Si aún no tienes claro que quieras leerlo, al final te dejaré un enlace con un resumen que hice en Instagram, cuando aún pensaba que podía ser influencer. Qué tiempos aquellos, parece que hayan pasado dos semanas desde entonces. Qué joven e iluso era por aquel entonces.
El jueves
llegamos a mitad de tarde, tras un paseo en autobús de unas tres o cuatro horas. Quizás fueron dos. No importa. Íbamos felices Jael, Craig y yo. Como párvulos en una excursión al acuario municipal.
Al llegar a una Conve en latinoamérica, la organización forma un círculo donde se explican todas las normas, la estructura de lo que será, los espacios y también aprovechan para presentar a cada una de las personas que estará al cargo de cada ámbito.
Mientras hablaban, a mí se me ocurrió una idea para un video y sucedió esto:
Y luego hicieron el famoso lanzamiento de objetos, que da inicio ceremonial a la Conve:
Y ya. Así comienza la 14a edición de la Convención Uruguaya de Malabares y circo.
Por si no lo sabes, una convención de circo es como un campamento de verano para personas a las que les gusta mucho, mucho, mucho el circo. Hay malabaristas, acróbatas, payasos, aerealistas, y todo tipo de gente fascinante, en general. Pero lo mejor de todo es que van de paisano.
El mayor atractivo de las convenciones son los talleres y el espacio para entrenar. Según dónde se haga, el espacio para entrenar puede ser al aire libre, en carpas de circo o en polideportivos, como en este caso.
Yo aproveché para desoxidarme un poco y participé en un taller de verticales, que me sirvió para darme cuenta de que aún tengo nivel. A veces pienso, jo tío, si entrenases…serías verticalista y acróbata y todo. Pero como no entreno, pues aquí estoy. Escribiéndote esto mientras preparo un viaje de investigación del circo. Hay quien lo vive y hay quien lo cuenta. ¿Y no se pueden hacer las dos cosas? Pues seguramente, pero yo no sé cómo. No me dan las horas. Emoticono de la carita a la que cae una gota de sudor.
La Conve de Uruguay lleva ya 14 ediciones y todas han sido en este lugar maravilloso que el ayuntamiento de Canelones pone a disposición de la organización. Esto quiere decir que una vez al año el pueblo (o ciudad, no sé bien cómo idenficarlo) se llena de gente de todo el país, de Argentina y del sur de Brasil, para compartir saberes, trucos, fiestas y risas.
En esta Conve, la carpa de circo es de la compañía Circo Tranzat, una carpa que fue donada por unos franceses. De verdad que era bonita.
Y es que en las convenciones no solo hay talleres, sino que también, cada noche, hay una varieté en la que participan artistas de todo el mundo que aprovechan su paso por la zona para participar en la Conve. El formato de varieté depende mucho de cada convención y también de cada jornada. En este caso, la primera noche fue familiar, con un espectáculo muy divertido y con artistas locales que, para mí, fue la mejor de todas.

Luego, en el enlace que pondré al final, podrás ver un resumen de los actos. Muy increíbles todos.
El viernes
fue el día de los talleres y los entrenos. Yo estuve aprendiendo trucos de iluminación por la mañana. En México aprendí a usar una mesa de luces y a hacer la instalación de todo el montaje, pero te juro que no sabía cómo funcionaba. O sea, a base de prueba y error y algunos consejos, conseguía salvar la situación cuando hacíamos galas con el alumnado de la ELCIRCA, pero en este taller entendí por qué las cosas funcionan. Pero ya se me ha olvidado. Rayos. Cáspita.
Recórcholis.
Luego me fui a dar una vuelta y le hice una entrevista a Lichi, uno de los organizadores que fue parte de la primera edición. El próximo día subiré su entrevista completa, con un resumen de la Conve incluido. Ya tengo el video listo, pero hasta ahora me ha dado bastante pereza publicarlo. Estoy trabajándome eso de publicar las cosas que voy elaborando. Es como que no quiero llamar la atención. Lo cual parece absurdo, dado que el propio objetivo del proyecto es difundir la cultura de circo latinoamericano a través de entrevistas y crónicas. Pero mi autosabotaje es mío y lo gestiono como puedo.
Hay una cosa interesante que me gustaría compartir contigo. Una reflexión.
Cuando llegué a la Conve no conocía a nadie. Todas las caras eran anónimas. Había unas 200 personas. 200 desconocidas. Ahora, viendo los videos que grabé en su momento y que estoy subiendo para aderezar este capítulo de La Bitácora, me doy cuenta de que conocí a un montón de gente. En su momento no lo viví como algo importante pero,…ostras, conozco a mucha gente de la que aparece en los videos. Hay muchas historias ahí de las que no te voy a hablar porque entonces no sería una bitácora, sería otra cosa que no sabría cómo se llama y por eso precisamente no lo haré.
Hay muchas historias ahí de las que no te voy a hablar porque entonces no sería una bitácora, sería otra cosa que no sabría cómo se llama y por eso precisamente no lo haré.
Una de las cosas más maravillosas de la Conve eran los espacios del almuerzo. Donde Lichi amenizaba el comedor con su acordeón. Iban pasando turnos de personas. Entrabas, Lichi te recibía, comías, dejabas tu sitio libre y entraba otra persona. Durante ese tiempo, ibas conociendo a gente, preguntando y aprendiéndote la vida de la gente. Así, en versión íntima y amena.
Por la tarde hubo más talleres. Yo fui uno de acro-contact. To guapo. Me llevé super bien con los profes. De verdad. Intimamos un montón. Contacteamos otro montón y hubo una conexión super chula. Luego nos quedamos haciendo acrobacias molonguis y me hice muy amigo de Vicky, une chique Brasileñe que era hooper, acróbata y une crack! Me invitó a su espacio en el sur de Brasil, en Florianópolis. A ver si lo encuentro. Ya. @casa.ventana en Instagram.
La noche del viernes hubo una Gala cuya presentadora estaba muy loca. De verdad. De esas de poner patas arriba todo, todo el rato. Me regaló un corazón que luego usé sabiamente. Pero la tipa, Kellyns Herrera, puso a todo el público a mil desde el segundo uno. Aquí os dejo una muestra:
Luego, al salir de la carpa, hubo un tipo muy venido arriba que se propuso hacer un renegado. Nadie daba un peso por él. Pero lo consiguió. A medias. O al completo, no estoy seguro. Pero estuvo remando ante la mirada escéptica de todos los asistentes. De verdad que había ganas de un renegado, pero no así. Dio igual. Yo hasta me animé a hacer una acrobacia tonta y, como estaba frío, me hice daño en la espalda. Jaja, qué idiota. Por lo menos esa noche hizo calor y al día siguiente estaba como nuevo.
Ah, si te estás preguntando qué es un renegado (o renegade), es un momento nocturno de las conves en las que la gente se junta en corro, y quien quiera sale a escena y muestra su truco más loco. Tienes tres intentos para hacer tu truco. Si fallas tres veces y crees que a la cuarta te saldrá, pagas prenda. Luego cada intento vale prenda. Si te quedas desnudo o el público te abuchea antes de que llegues a desnudarte, te quedas sin premio, que suele ser una cerveza.
Los trucos a veces son de circo, otras veces son habilidades extravagantes y otras son asquerosidades, directamente. Por ejemplo, manteniendo el orden anterior, he llegado a ver una pareja de acróbatas, el portor gigante y la ágil flacucha, en doble altura (él sosteniéndola a ella, de pie en sus hombros) que se han intercambiado la ropa sin caerse; he visto a un tipo tumbado en una silla de colegio, darle la vuelta por debajo, sin caerse y sin tocar el suelo hasta volver a sentarse; y he visto a una tipa hacer malabares con 3 pelotas mientras meaba en un vaso, de pie. Esta última, cuando le dieron la cerveza, se la sirvió en el vaso que había “llenado” antes y se la bebió. Y eso es una renegade.
Hay muchos códigos, si quieres, algún día te los contaré.
Y llegó el sábado
y con él, el momento en que dejo de escribir por hoy. En la siguiente entrada de La Bitácora te contaré como terminó La Conve, que fue el principio de otra historia rocambolesca que me estalló en la cara unas semanas después. De hecho, aún estoy reponiéndome de esa historia. Mi tercer duelo.
El segundo te lo contaré cuando sea el momento y el primero me lo guardaré para mí.
Hoy no le dedicaré esta entrada a nadie, porque creo que la historia está incompleta y me parece como medio capítulo. Me gusta pensar en la dedicatoria como un broche, y este cuento aún no ha llegado al final.
Lo que sí haré será compartirte lo prometido: aquí tienes el enlace con el resumen de los videos que fui grabando durante la Conve de Uruguay.
Te quiero.